La Gran Barrera de Burbujas, o The Great Bubble Barrier, es un proyecto que busca evitar que los residuos plásticos lleguen al mar. Las burbujas salen de las profundidades y atrapan los residuos plásticos que transitan por los canales de Ámsterdam.

Los residuos plásticos en el agua son una problemática que vivimos alrededor del mundo. Una vez que llegan al mar, deambulan en el agua convirtiéndose en alimento para las especies marinas, causándoles la muerte. Según un artículo de Science Advances publicado en 2017, la cantidad de desechos plásticos generada desde 1950 sin quemar ni reciclar oscilaba entre los 4.900 millones de toneladas.

¿Cómo nace la idea?

Dada esta problemática, tres marineras holandesas se pusieron a debatir qué podían hacer para mejorar la situación en los canales de Ámsterdam. Fue así que Anne Marieke Eveleens, Francis Zoet y Saskia Studer se les ocurrió construir una cortina de burbujas que tamiza los residuos plásticos del canal, sin representar un obstáculo para los peces y barcos que lo transitan.

Al mismo tiempo, un arquitecto naval alemán e ingeniero oceánico, Ehrhorn, se había inspirado en una planta de tratamiento de agua que miró mientras estudiaba en Australia en 2015.

Ambos equipos decidieron unir sus talentos para desarrollar la idea en conjunto. Poco después, con la ayuda de un premio de 500.000 euros del Postcode Lotteries Green Challegne y algunos otros que ganaron pudieron hacerlo posible.

La gran barrera de burbujas

El ayuntamiento de Ámsterdam, la junta regional y una nueva empresa han hecho posible La Gran Barrera de Burbujas. Este consiste en un sencillo dispositivo que canaliza la basura (en especial pequeños trozos de plástico) dirigiéndolos al canal de Westerdok, y finalmente recogerla.

La barrera de burbujas es un tubo largo y perforado que se ubica diagonalmente en 60 metros al fondo del canal. El aire comprimido es bombeado a través del tubo y sube a la superficie. Luego, la corriente de agua natural empuja los residuos hacia una orilla. Finalmente, la basura se almacena en una pequeña plataforma ubicada en el lado del Westerdokskade.

Posicionada como la primera barrera operativa en Ámsterdam, funcionará las 24 horas del día a lo largo de 3 años. El principal objetivo es el de completar las operaciones de dragado, que actualmente recogen 42.000 kg de plástico cada año de las vías fluviales de la capital holandesa.

Construyendo un futuro mejor

¿Qué necesitamos para generar un impacto positivo en el mundo? Puede que en ocasiones pensemos que requerimos tener cierto nivel de estudios, contar con una trayectoria en algún sector o vivir en alguna región en particular. Sin embargo, personas como las protagonistas de esta historia nos demuestras que para empezar a lograr un cambio solo necesitamos un ingrediente esencial: querer hacerlo.

Una vez echado a andar el proyecto, en el camino podemos encontrarnos oportunidades de crecimiento, aliados, colaboraciones y anécdotas que terminen convirtiéndose en experiencia.

Compartir
Apasionado del emprendimiento social. Disfruto leer y escribir sobre historias de emprendedores que logran convertir las problemáticas socioambientales en su impulsor para construir un futuro mejor para todos.