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Emprender para reducir la pobreza

By Juan Del Cerro

December 27, 2019

Latinoamérica es una tierra de contrastes que la hacen el lugar perfecto para el desarrollo del emprendimiento social.

América Latina es una tierra de contradicciones: se trata de uno de los territorios con más recursos naturales del planeta, pero también es la región que presenta los más altos niveles de desigualdad, como puede verse reflejado en el 31% de la población del continente latinoamericano que vive en condiciones de pobreza, de acuerdo con cifras de la CEPAL.

Desde finales de la década de los 90s, los modelos de empresa social que nacieron en el sureste asiático comenzaron a llegar a América Latina instalando con éxito empresas que además de resolver problemas sociales, tienen modelos de negocio sostenibles.

Aunque la región ofrece todas las condiciones necesarias para el desarrollo de este modelo de emprendimiento, son muchos los retos que se presentan cuando un emprendedor quiere crear una nueva empresa social.

Es por eso que, en 2014, en una alianza colaborativa entre Ashoka, New Ventures México, Hystra, LeFil y La Agencia Suiza para la Cooperación y el Desarrollo (SDC) decidieron lanzar “Apoyando al emprendimiento social en América Latina”, un programa de 4 años enfocado en impulsar el emprendimiento social como una herramienta para la reducción de la pobreza en los países del continente.

Atender las dimensiones de la pobreza

La pobreza es una de las problemáticas más relevantes que deben de atenderse con urgencia en la actualidad. Esto se refleja claramente en el planteamiento de los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS), propuestos por la Organización de las Naciones Unidas para llamar a toda la sociedad a tomar medidas para construir un planeta más justo y sustentable para todos.

La lista de 17 objetivos mundiales está encabezada por una prioridad clara: el fin de la pobreza. Actualmente, 61 millones de latinoamericanos son afectados por este problema, sin embargo, contrario a lo que se pensaba antes, no se puede resolver la pobreza enfocándose simplemente en el aumento a los ingresos de la población.

Hoy en día, se reconoce a la pobreza como un problema de diversas dimensiones. Específicamente se plantea que se deben tomar en cuenta ocho criterios para entender esta problemática a profundidad, tales como el ingreso corriente per cápita, rezago educativo promedio en el hogar, acceso a los servicios básicos y el grado de cohesión social.

Los Objetivos de Desarrollo Sostenible reflejan esta visión. Si bien el #1 está enfocado específicamente en el tema, la medición multidimensional la vincula a otros objetivos como el #2 Hambre Cero, el #4 Educación de Calidad, el #3 Salud y Bienestar, el #8 Trabajo y Crecimiento Económico, entre otros.

Emprendedores sociales trabajando por los ODS

La creación de soluciones no puede depender de un solo actor, o reducirse al trabajo del sector público o de la sociedad civil por separado, de la misma forma, no se puede considerar solamente apoyar iniciativas ya desarrolladas.

Esto es justo en lo que ha trabajado el programa “Apoyando el emprendimiento Social en América Latina”, apoyando a 73 emprendedores los cuales trabajan en 16 distintos sectores que atacan diferentes características del problema, que incluyen el acceso a la alimentación, generación de oportunidades de empleo, acceso a energía y servicios de salud accesibles, entre otros.

Los emprendedores sociales que deciden trabajar para resolver estas problemáticas se convierten así en un motor de impulso directo y de gran valor para alcanzar este objetivo global.

Para apoyarlos en cada etapa de su desarrollo, el programa diseñó una metodología de intervención a lo largo de seis pilares de trabajo, desde la identificación de modelos de negocio e innovación, hasta apoyo para el crecimiento y escalamiento de su impacto, pasando por apoyo en etapas tempranas y para la obtención de capital e inversión.

Solamente gracias a este enfoque multi sectorial, geográfico y de distintas etapas de desarrollo, el programa ha permitido impulsar perfiles diversos de emprendedores sociales que se complementan para reducir la pobreza de manera integral.

Podemos encontrar diferentes ejemplos de empresas atendiendo cada una de las dimensiones de la pobreza. Algunos de los proyectos apoyados son:

Estos son sólo algunos ejemplos del grupo de empresas sociales beneficiadas por el programa, algunas de ellas con actividad internacional, y todas con actividades que por su naturaleza requieren generar sinergia con los esfuerzos globales de los sectores público, privado y de la sociedad civil.

Impactar las dimensiones de la pobreza

En consecuencia, el impacto del programa “Apoyando al emprendimiento social en América Latina” no se limita a la creación de soluciones a las problemáticas locales, pues al habilitar a los emprendedores sociales para trabajar en red y generar modelos de negocio sostenibles, les permite contribuir para avanzar a la meta común del combate a la pobreza en la región latinoamericana.

En conjunto, durante los cuatro años de “Apoyando al emprendimiento social en América Latina”, los emprendedores han logrado impactar a más de 790,000 personas directamente, y a 2.7 millones indirectamente.

Uno de los impactos destacados del programa consiste en generar un aumento de $29.6 millones de dólares en ingresos y ahorros para hogares en condiciones vulnerables.

Sin duda el camino para acabar con la pobreza será largo y presentará retos que superen el trabajo de cualquier organización o programa por sí mismo, pero ya se puede anticipar que los emprendedores sociales serán actores clave para resolver la problemática de la pobreza, aportando su talento y trabajando en colaboración con el resto de la sociedad.